Porque el saber no muere, sino inspira...
¡Oh, musas, despertad ahora! ¡No nos abandonéis aún!

sábado, 2 de septiembre de 2017

Salir del laberinto

Dibujo del autor


   
  Es una sensación desagradable la de no saber qué hacer con la vida de uno o una. Es una sensación común en nosotros, los ahora jóvenes adultos. Existen muchas opciones, quizás demasiadas, pero casi todas ellas implican una formación previa difícil de asumir una vez sitos en el momento presente. Hiciste una elección, es la tuya. Si quieres cambiar de proyección normalmente debes bajar algunos escalones, en el concepto que nuestra sociedad maneja. Sea lo que sea lo que hagas, se comienza siendo explotado. Siempre ha sido así, dicen nuestros antiguos; trabajar gratis, hacer de sirviente, poner buena cara... es la forma de ir escalando. Quizás nuestro nivel de estudios -recordemos, resultado de años de esfuerzo- nos hace más críticos respecto a esa aparente necesidad de sobreexplotación. Y qué sueldos, buen Zeus. Muchos acabamos por desencantarnos con tantas idas y vueltas y discursos, con tanto 'sabemos lo que más te conviene' y tanta presión desde fuera del Laberinto, y entonces apreciamos que, efectivamente, nos hallamos perdidos, en un juego destinado a desorientarnos, y la conclusión es confusa. Quienes siguen con la partida parecen moverse con decisión; ahora este camino, luego aquel. Quienes tienen mejor olfato son empero los que aparecen quietos y aparentemente desorientados. Se han dado cuenta de que algo no marcha bien. Como espectador no apostarías por ellos: el juego no está hecho para sus límites. Comieron la fruta del conocimiento, y no hay mejor manera de desenmascarar paraísos.


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